Wednesday, September 22, 2010

24 Memoria Tremens, de Marcio Veloz Maggiolo




Santa Marta la castigadora: Portada de la novela

EL POSTMODERNISMO

DE MARCIO VELOZ MAGGIOLO

EN LA NOVELA MEMORIA TREMENS


Coloquio Grupo Mester de Narradores de la Academia
Marzo 2010

Por Manuel Salvador Gautier

Es un juego. El autor desarrolla su texto y el lector no puede determinar con certeza si ese texto trata la historia de un anciano ciego que rememora su vida en el barrio o la de un barrio donde un ciego anciano creyó vivir, es decir, si el anciano es la historia del bario o si el barrio es la historia del anciano. Las dos historias se entremezclan de tal manera que su separación es prácticamente imposible. Al final, parece predominar la historia del anciano, aunque al lector le queda el sabor de que esta no podría ser si no existiera lo otro, el contexto, el barrio. Que puede ser real o irreal, verídico o fantasioso, o verídico con trazos fantasiosos que se evidencian con escenas inverosímiles. Esta dualidad ambigua es la característica más notoria de este texto y es fundamental para entender que el autor usa todos los recursos del postmodernismo para contarnos una historia muy particular, entre lo real y lo imaginario, que, en verdad, es memoria tremenda y trepidante: la Memoria tremens, un término inventado por el autor que este explica como: una historia que, para quien la vive, es …una especie de deririum tremens que (lo) asalta y (lo) saca del mundo por algunos momentos en los que (delira) con (su) propio pasado… (p. 120).
El postmodernismo literario es una derivación del filosófico que trata sobre la decepción del hombre del siglo XX, en sus dos acepciones: desilusión y engaño. Aparece después de las dos guerras mundiales, con las cuales se reconoció la incapacidad de las utopías para ordenar el mundo, una desilusión producto de un engaño conceptual. Según una definición: Se suele dividir a la posmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico… Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales (1).
El postmodernismo literario tiene varias corrientes, entre las cuales está la neobarroca que se inicia con la revisión del presente y el pasado inmediato para descubrir que la realidad (promulgada por el establishment) no existe. El neobarroco concibe el mundo como texto, el fenómeno como símbolo. Según el teórico italiano Omar Cabrese (1992) este movimiento se caracteriza por:
— la estética de las repeticiones: la dialéctica de lo único y lo repetido, el policentrismo, la falta de regularidad consciente, el ritmo roto;
— la estética del extremo –los experimentos por la ampliación de los límites hasta los últimos extremos, la monstruosidad–;
— el cambio de acento del conjunto al detalle y/o fragmento: la inmensidad de los detalles; donde el detalle, de hecho, se transforma en sistema;
— la imposibilidad de resolver las tramas, que a su vez forman una especie de nudos y laberintos. El placer por resolver el conflicto narrativo se sustituye por “el gusto por la pérdida y el misterio” (2).
A continuación analizaré la manera en que el texto de Memoria tremens se conforma de acuerdo a esta corriente.

La estética de las repeticiones
En la novela hay una única situación: Un anciano ciego, houngán, de nombre Matildo, se pasa todo el tiempo requiriendo a la mambó que lo cuida, Eusapia, que hable con Vincent Fournier, el falso houngán, para que le devuelva a su segunda esposa, Filoma, llamada la niña serpiente. Una y otra vez el anciano se dirige a Eusapia para hacerle este requerimiento que varía desde una simple petición de que vaya a verlo y le hable para convencerlo, hasta la combinación de matarlo si no obtempera con su deseo. Es una urdimbre lenta, con ejes policéntricos que se manifiestan como “memorias”: En su diálogo con Eusapia, Matildo cuenta varias historias propias y de personas con las cuales tuvo contacto cuando era joven y hace referencias a sucesos y casos en el barrio de Villa Francisca donde vivió y en otros barrios aledaños donde estuvo. El autor, actuando como alter ego de Matildo y reflejando el desordenado fluir del pensamiento de una persona ordinaria, conscientemente trastoca y mezcla todas estas historias para romper cualquier linealidad causa-efecto que pueda filtrarse, una adaptación del monólogo interior o flujo de conciencia de James Joyce en Ulises, convertido en un diálogo de una sola persona con un oyente. El ritmo de la obra es roto a cada instante con un venir desde el pasado hacia el momento en que se sitúa el texto y, sin orden cronológico, un volver a distintos momentos de ese pasado.

La estética del extremo
Los críticos ponen distintas fechas al comienzo del postmodernismo en sus países; sin embargo, la mayoría parece coincidir en que, en América Latina, este arranca con la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, publicada en 1967 y manejada en la vertiente de lo real maravilloso. En Memoria tremens lo real maravilloso es llevado al extremo con la introducción de personajes firmemente enraizados en las creencias mágico-religiosas. Mientras en Cien años de soledad los personajes son gente ordinaria que se comportan fuera de lo usual con actuaciones que, en su momento, resultan extremas, en Memoria tremens, publicada cuarenta y tantos años después, los personajes son gente inusual que actúan como lo que son, seres excepcionales. Matildo, Eusapia, Filoma, la tía Mimina, Teotonio Santos y la abuela son mediadores entre la gente y los espíritus, servidores y servidoras, houganes y mambós dedicados a la adoración de Santa Marta, la dominadora, una de las potencias del vudú. Los que no son dirigentes vuduistas, pertenecen al mundo enrarecido del circo con enanas sin sexo y mujeres con barbas: están Abdulah, dueño del circo y padre de Matildo, y Obdulio Pérez, padrastro de Matildo, que levita profesionalmente. La levitación es un fenómeno natural reconocido por la parapsicología; pero se sobrentiende que, en el circo, se logra con trucos. En Memoria tremens no se sabe si inicialmente se consiguió con un truco, pero definitivamente se mantuvo por una maldición guedé (el vudú nocivo) que le mandó la abuela a Abdulah por haber maltratado a Filoma. Obdulio permanece en flotación por semanas, mal comiendo, enflaqueciendo, haciendo vida a varios metros de la tierra, expuesto a morir si no lo bajan. Y para bajar, Abdulah debe morir. Es la única manera de completar la maldición y eliminar sus efectos en Obdulio. Resulta inconfundible la mezcla extrema de lo real maravilloso (lo inusual que se toma con naturalidad), con el hechizo vudú (lo inusual producto de una voluntad monstruosa).

El cambio de acento del conjunto al detalle y/o fragmento
Dado que la situación en la novela es una sola, lo que importa son la fragmentación y los detalles. De aquí la razón por la cual el autor divide la historia de Matildo y la convierte en un sistema de fragmentos que, sin cronología específica, aunque siempre con referencia a un pasado donde el personaje Matildo fue feliz en su incertidumbre, crea un mosaico desordenado, una especie de rompecabezas, que tendrá sentido cuando se coloque la última pieza al final de la novela. Cada fragmento, sin ser necesariamente la continuación del anterior, amplía la información sobre el personaje Matildo de manera que el lector tenga referencias específicas sobre lo que le ocurrió a Matildo cuando era feliz, aunque no para orientarlo dentro de una lógica sucesiva de causa-efecto. Un fragmento completa la información sobre un suceso que otro fragmento contó a medias, al mismo tiempo dando informaciones que antecedieron a ambos fragmentos o que ocurrirán después. De aquí, también, la importancia de nutrir cada fragmento con detalles que hacen interconexiones entre sí y fuera de sí. El autor logra esta fragmentación con la división de la novela en episodios que comienzan todos con un reclamo de Matildo a Eusapia para que haga contacto con Vincent Fournier, luego repiten un coqueteo de Matildo con Eusapia donde la abruma con piropos y de ahí parten hacia una revelación de un nuevo detalle sobre la vida feliz (o infeliz) de Matildo, cuando estuvo casado con Filoma antes que lo abandonara por primera vez y después, cuando volvió a tenerla por segunda vez antes de que ella lo abandonara finalmente.

La imposibilidad de resolver las tramas
Según se avanza en la lectura de Memoria tremens, la impresión que se tiene es que no hay trama. Trata, como señalé antes, sobre una situación que se aclara poco a poco según se detalla en los episodios o fragmentos. Sin embargo, al terminar de leerse el texto, cuando se desarrolla el último fragmento, se entiende que hay una historia contada, la de Matildo, un houngán viejo y ciego que muy joven, de trece años, cuando aún veía, se enamoró de una niña de quince, Filoma, que tenía el don de la desarticulación muscular y fue convertida por su abuela, una servidora de Santa Marta la dominadora, en la niña serpiente que se retorcía en un acto de adoración a la deidad. Todo deriva de ahí. En un momento dado, la niña serpiente abandona a su esposo, Matildo, y se va con otro houngán, Vincent Fournier, que ha convertido al espíritu de la abuela en la personificación de Santa Marta la dominadora y anima a la niña serpiente a ser su servidora. Matildo queda desamparado, anhelando el retorno a su hogar de la niña serpiente. Ya viejo, ciego y en espera de la muerte, su único deseo es que Eusapia, la mambó que lo cuida, logre la claudicación de Fournier y la niña serpiente retorne a él. La trama tiene mayores complicaciones, pero basta con aceptar que existe. Sólo que nunca se resuelve. Se llega al final, caen en orden (o desorden, como se quiera poner) todos los fragmentos, y nunca se revela si Eusapia logró verse con Fournier para que este permitiera el retorno de la niña serpiente al hogar de Matildo. Para mayor confusión, en las últimas páginas de la novela, el autor deja entrever, aunque no contundentemente, que Gabinda, la primera esposa de Matildo; Filoma, la segunda, y Eusapia, la oyente, son la misma persona, interpretada y nombrada de distintas maneras por Matildo en sus distintos estados de ánimo. Esta revelación coincide con una sospecha que el autor crea en el lector cuando, en el piropeo de Matildo a Eusapia y en las descripciones que hace de Gabinda, insiste en decir que ellas tienen los mismos rasgos físicos de Filoma. Parece ser que, en la mente de Matildo, Gabinda es la imagen de la mujer del hogar, de la cotidianidad; Filoma, la de la pasión, del sexo, y Eusapia, la del amparo, de la amistad, y no se intercambian. Al final de sus días, Matildo reclama volver a la pasión de su juventud, volver a Filoma. De ser este hecho cierto, significaría que, después de todo, el conflicto y la crisis de la trama —el abandono de Filoma para irse con Fournier y el reclamo de Matildo para recuperarla— ya estaban resueltos desde el inicio de la novela, sólo que Matildo no lo quiere aceptar. El conflicto y la crisis no existen, sólo están en la imaginación de Matildo. Durante toda la obra, el autor crea la expectativa de resolver este conflicto y lo hace con esta propuesta sorpresiva y sorprendente de tres mujeres en una sola mujer. Es una solución audaz, caótica, demasiado inteligente, propia para un metatexto: una solución que va más allá del texto y que pone al lector a repensar toda la novela, a interpretarla de nuevo, quizás a releerla.

Otros aspectos postmodernos en Memoria tremens
La riqueza de esta novela no se queda en estas especificidades que la clasifican en la corriente neobarroca del postmodernismo. Hay más. Veamos.
Primer impacto. El primer impacto que logra el autor en el lector proviene del lirismo en el texto. Desde la primera línea, párrafo tras párrafo, siguen metáforas inimaginables que fascinan al lector. La novela, por lo tanto, corresponde a una de las tendencias actuales de la novela internacional: la novela poemática o novela lírica, que, según un crítico literario, es la que aspira a ser un texto creativo autónomo, acercándose al poema lírico (3).
Final abierto. La novela termina sin conclusión, con uno de los temas favoritos del autor: la convicción de que todo se repite, que lo vivido por unos ha sido ya vivido por otros anteriormente. En la novela, el autor propone que los hijos de Matildo y Filoma sabrán guardar la memoria del amor que sus padres vivieron.
Intratextualidad. El autor hace referencias a sus propias novelas. Comienza en el epígrafe, de Honoré de Balzac, que dice: Existen en nosotros varias memorias (p. 7) un planteamiento que ya ha hecho en La mosca soldado. Más adelante aludirá a Materia prima por su nombre (p. 74).
Intertextualidad. En algunas de las referencias que hace de otros textos ni siquiera explica de dónde provienen. Por ejemplo, si el lector no conoce el poema de Tomás Hernández Franco (poeta dominicano, 1904-1952, p. 57), “Salutación a Pancho Alegría, Capitán de goleta” pasará por alto la referencia a ese poema: …huyeron en una goleta de los sucesores de Pancho Alegría…
Metanovela. En la metanovela, el texto trata sobre la propia novela. En un momento dado, Matildo le dice a Eusapia: Lo que te narro, Eusapia, tiene el interés de sorprenderte, porque sabrás que hubiera podido decir desde el principio cómo había terminado la aventura. Pero si se sigue el camino de su desarrollo resulta hasta más interesante. Además, mientras haga más larga esta historia, más tiempo habré de tenerte a mi lado… (p. 128). En otra ocasión el autor se anticipa a una posible crítica por repetir escenas y las justifica. Dice: Si me repito, como rueda de molino, recoge de mi decir sólo aquello que tiene para ti concordancia, lo demás déjalo abandonado… (pp. 98-99). Hay otras instancias similares.
Diálogos. Como ya expliqué, la novela es un monólogo de Matildo con Eusapia de oyente. Sin embargo, transcurrida más de la mitad de la novela, el autor decidió crear diálogos verdaderos. Entonces utiliza varias técnicas: la tradicional, con el personaje que habla y el otro que contesta (p. 115); y las no tradicionales o cambios de narrador, que son: diálogos por párrafos, un párrafo o varios párrafos para un personaje y otros tantos para otro (pp. 138-139); y la de párrafos seguidos que están en distintos tiempos, es decir, en los que un personaje dice algo y otro personaje responde pero en otro momento.
Alusiones a personajes verdaderos. Intercalados con la mayor naturalidad dentro del texto aparecen referencias cotidianas a personajes históricos antiguos, como Fray Bartolomé de las Casas (cronista español, 1474-1569, p. 27), o recientes, como Eduardo Brito (barítono dominicano, 1905-1946, p. 76). También, a personajes reales del barrio de Villa Francisca, como don Pancho Veloz, cuyo hijo, Felito, fue mi compañero de estudios en la primaria (p. 77).
Axiomas o dichos. De manera continua, el autor incluye en el texto dichos populares o axiomas filosóficos. El primero: …lo irreal es lo mejor de la vida cuando ésta se hace escueta, seca, reducida en sus expresiones… (p. 13).
Hay más manejos de índole postmodernos en esta novela; pero habría que tratarlos en un trabajo más largo.
Concluimos: En Memoria tremens, el postmodernismo literario está manejado con gran riqueza técnica y audacia metafórica, demostrando, una vez más, la capacidad del autor, Marcio Veloz Maggiolo, de resolver, aparentemente sin esfuerzo, un texto vanguardista.

NOTAS
1. Se refiere a Gonzalo Sobejano, poeta crítico y profesor de literatura española. “El Posmodernismo Literario: Julio Cortázar y la "Autopista del Sur"”. Google: http://postmocortazar.blogspot.com/2007/08/el-posmodernismo-literario-julio.html
2. Svetlana MALIAVINA. “Víktor Pelevin. El postmodernismo en la prosa rusa de los 90”. Google: http://revistas.ucm.es/fll/15781763/articulos/ESLC0808110015A.PDF
3. Novela actual”. Google:
http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_content&task=view&id=32&Itemid=61

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