Friday, September 24, 2010

15 Los procesos creativos en la literatura (elementos comparativos entre la cuentística de Juan Bosch y la de Virgilio Díaz Grullón)


Juan Bosch

Virgilio Díaz Grullón

LOS PROCESOS CREATIVOS EN LA LITERATURA
(elementos comparativos entre la cuentística de Juan Bosch y la de Virgilio Díaz Grullón)


Grupo Mester de la Academia Dominicana de la Lengua
Conferencia dictada el 5 de julio de 2007
Academia Dominicana de la Lengua

Feria Internacional del Libro
25 de abril de 2008
Pabellón de Autores Dominicanos

INTRODUCCIÓN
La literatura es uno de los quehaceres humanos con los que el hombre produce efectos y objetos que le sirven para vivir y sobrevivir. Está considerada un arte, es decir, está calificada entre los productos más representativos del hombre, aquellos que confirman el extraordinario hecho de su racionalidad. El hombre piensa, elucubra y, como resultado, manipula su entorno de acuerdo a las circunstancias que lo asedian. Para manejar su entorno, el hombre improvisa con su intelecto, inventa, crea. Es notorio que en este proceso de creación o invención de cualquier elemento que maneja el hombre, este comienza con soluciones simples, a veces grotescas, y concluye con estilizaciones que demuestran su capacidad imaginativa y estética.
A través de dos maestros cuentistas dominicanos, demostraré cómo este proceso se manifiesta en la literatura de la República Dominicana a partir del momento en la década de 1930 cuando se crea el cuento contemporáneo en la República Dominicana. Estos maestros son: Juan Bosch (1909 – 2001) y Virgilio Díaz Grullón (1924 – 2001).

PRECEDENTES
El precedente histórico más antiguo sobre este proceso no lo encontramos en la narrativa, sino en la poesía. La obra literaria que tiene mayor reconocimiento como obra fundacional de la civilización occidental eurocéntrica es La Ilíada, atribuida a Homero (siglo IX antes de Cristo). También a Homero se le atribuye La Odisea. Sin embargo, en su introducción a esta última obra, el crítico José Alsina, poniendo en duda esta supuesta autoría de las dos obras por un mismo autor, las compara de la siguiente manera: “El lector de La Ilíada sabe muy bien que, en ella, el curso de la acción sigue un claro proceso rectilíneo. Jamás el poeta se detiene para hacer marcha atrás. Los episodios siguen un proceso lineal, que se precipita en los últimos cantos del poema para conducirnos rápidamente al desenlace. Nada de eso ocurre en La Odisea. Su autor es un poeta de genio que, aunque ha aprendido posiblemente su técnica del autor de La Ilíada (aquí Alsina da a entender que no es el mismo autor), ensaya sus propios medios, dándonos una obra originalísima, tanto en la concepción como en la estructura” (1). “En definitiva, las dos obras siguen estilos muy diversos: la primera adopta la narración lineal o ficción tradicional del ochocientos, hoy en día considerada superada, en contraposición con la otra, que asume la narración compleja o ficción experimental considerada el requerimiento de la contemporaneidad. Es interesante cómo estos planteamientos se presentan en todas las épocas del acontecer literario, siempre y cuando guardemos las distancias ante la complejidad del desarrollo de la literatura narrativa de Homero a la de hoy” (2).
En la literatura española, la obra cumbre es la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra (1547 – 1616), publicada en 1605, descrita por expertos de la siguiente manera: [Cervantes fue] capaz de renovar todos los géneros narrativos de su tiempo (caballeresca, pastoril, bizantina, picaresca, cortesana, etc.), y esto lo hizo con su indudable genio creativo, pues la novela se entendía por entonces a la italiana, como relato breve, y no estaba contemplada teóricamente en las retóricas. La fórmula novelesca empleada hay que ir a buscarla a sus propias obras, y no pasa de unas cuantas claves que han sido inteligentemente sistematizadas por Riley: verismo poético de los hechos, admiración de los casos, verosimilitud de los planteamientos, ejemplaridad moral, decoro lingüístico, etc. Son los mismos principios, por otro lado, que rigen en el resto de sus creaciones, siempre situadas en esa franja mágica que queda a caballo entre la vida y la literatura, la verdad y la ficción, la moral y la libertad... (3). Otro crítico añade dos claves más: la primera, salvaguarda de la organicidad del conjunto, bien que sometida al principio barroco de la unidad en la variedad; y la segunda, el punto de partida épico (…), fundado en la realidad más cotidiana (…), que estaba llamado a convertirse, sencillamente, en el patrón de la "novela moderna” (4).
A una manera que existía de escribir con sencillez, Cervantes propone el cambio hacia lo complejo, sujeto al movimiento cultural de su época, el barroco, un término que se deriva de la complicación arquitectónica impuesta a la simplicidad del Renacimiento y que se aplica a todo arte excesivamente recargado de adornos (5).
Para tratar la actualidad literaria, es imprescindible tomar en consideración los movimientos literarios que caracterizaron el siglo XIX y continuaron con las vanguardias durante el siglo XX. La diferencia entre estos es que cada uno establece la manera de dar sentido al tema y su relación con la forma. A toda esa época literaria que coincide con el desarrollo industrial en el mundo, se le considera la época de la modernidad. En la actualidad estamos bajo un paraguas cultural muy amplio calificado de postmodernidad literaria que, según algunos críticos, comenzó a mitad de siglo XX, en 1941, con las muertes de James Joyce y Virginia Woolf (6).
Con el fin de comparar las obras de los dos autores escogidos, usaré algunas claves, algunas de ellas ya mencionadas, aplicadas a la obra de Cervantes, otras escogidas por mí para demostrar la tesis propuesta. Estas claves son:
1) Obra fundacional
2) Movimiento literario a la que pertenece la obra.
3) Consideración de estima por parte del autor del tema y el sujeto presentado en la obra.
4) Adecuación del estilo de la obra literaria al género, al tema y a la condición social de los personajes.
5) Salvaguarda de la coherencia de la obra.
6) Punto de partida de la obra, fundado, o no, en la realidad más cotidiana.
7) Imagen y lenguaje en la obra.
8) Correspondencia entre sentido y forma en la obra.

SOBRE LA OBRA CUENTÍSTICA DE JUAN BOSCH
En la República Dominicana, Juan Bosch es el autor fundacional del cuento contemporáneo. Antes de 1930, había un dominio de la estampa, la anécdota, la sátira política o el cuadro de costumbres (7). Bosch transformó las viejas imágenes de la vida campesina (8) y dio a los narradores dominicanos una nueva manera de manejar el sentido, aunque no introdujo variantes a la forma, ya que la gran mayoría de sus cuentos son lineales, obligados a seguir el canon, propuesto en su obra Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, de que el relato debe tener un hecho-tema único y una “fluencia constante” (9), lo cual ya habían concebido grandes autores de cuentos como Edgar Allan Poe. Bosch inició un movimiento literario sin precedentes en la República Dominicana, donde el cuento se ha desarrollado hasta alcanzar niveles universales.
Bosch es considerado por los críticos internacionales como “criollista”, es decir, perteneciente al “criollismo”, el movimiento literario hispanoamericano que influyó en los escritores latinoamericanos de principio del siglo XX (10). “La Primera Guerra Mundial destruyó la ilusión de los modernistas de una Europa que representaba la cultura frente a la barbarie americana. La intervención armada y económica de los Estados Unidos en Latinoamérica contribuyó a despertar la conciencia nacional de los jóvenes literatos. Los criollistas ubicaban sus novelas y sus cuentos en las zonas rurales donde vivían los representantes más auténticos de la nación: el campesino mexicano, el llanero venezolano, el indio peruano, el guajiro cubano y el jíbaro puertorriqueño. En la primera etapa del criollismo, 1915—1929, predomina el tema de civilización contra barbarie en que el hombre culto de la ciudad se enfrenta al atraso y a la violencia de la zona rural… En cambio, en las obras criollistas de 1930—1945, la crisis económica de 1929, con la popularidad subsiguiente de las ideologías izquierdistas, intensificó la protesta social dirigida contra los explotadores “civilizados” de la ciudad, tanto nacionales como internacionales…” (11). Bosch pertenece a este segundo grupo.
Hay dos fuentes literarias de donde el criollismo pudo recibir influencia para definir su contenido: el naturalismo francés del siglo XIX (Guy De Maupassant, Emilio Zola y los hermanos Goncourt), que se basaba “en reproducir la realidad con una objetividad perfecta y documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares” (12), y el “realismo social” latinoamericano de principios del siglo XX, un movimiento estético que aúna la literatura y las artes plásticas (murales mexicanos de Rivera y Siqueiros), y que posiblemente deriva del realismo socialista soviético, ya que muchos de sus mentores eran afiliados a los partidos comunistas de sus respectivas naciones (13).
En Italia el naturalismo francés se maneja con criterios muy particulares, y es llamado verismo. En el verismo italiano “se presenta un mundo campesino pobre y muy retrasado, visceralmente ignorante, supersticioso e íntimamente anclado a los prejuicios, aunque moralmente sano.... Tal situación induce al verismo hacia un pesimismo sustancial, que ve en el progreso un mecanismo destinado a chupar a los más débiles… (La obra)… de esquema… verista es siempre de argumento contemporáneo o, de todos modos, no muy lejano en el tiempo. Las descripciones de los ambientes naturales o humanos son precisas y minuciosas. El evento se desarrolla en un ambiente generalmente restringido, estudiado y descrito con precisión, para tomar los tratos característicos que determinan el comportamiento de los personajes de los cuales se profundizan con precisión "científica" los precedentes, las eventuales taras familiares y las condiciones económicas. Ambientes y hechos son vistos con los ojos de los personajes y son transformados con un léxico y un estilo que tiende a reproducir de lo que se habla, ya que la Lengua imita lo hablado conectado a las oportunas condiciones sociales y regionales, colorándose o contaminándose frecuentemente del dialecto” (14).
Esta descripción puede adoptarse para examinar los cuentos de Bosch. En un estudio comparativo entre un cuento de Giovanni Verga, el autor más representativo del verismo italiano, y uno de Bosch, pudo establecerse claramente esta correspondencia (15). Sin embargo, el paralelismo llega más lejos. De la misma manera que los italianos, instalada la República a fin de siglo XIX, tuvieron que mirarse hacia adentro, ver lo que tenían, con qué contaban, cuáles eran los problemas que debían resolver, los latinoamericanos, a principios de siglo XX, tuvieron que hacer lo mismo. En la década de 1930, a nivel cultural, surgió la influencia ideológica de la revolución mexicana, admirada por todos, con sus propuestas de liberación socialista. En la literatura, comenzaron a publicarse las obras descarnadas que correspondían a esas denuncias y soluciones sociales.
El criollismo que trabaja Bosch es básicamente descriptivo. El autor interpreta un mundo exterior que influye en las actitudes de los personajes, pone a estos en una situación dada y describe sus reacciones. Sea contada por un narrador omnisciente o en primera persona, la acción parte de una reacción estimulada por un elemento externo. En la mayoría de las ocasiones hay que interpretar cuál es el discurrir de los personajes al tomar sus decisiones.
En Bosch también aparecen las tendencias de lo real maravilloso y del realismo mágico, Aunque algunos las consideran una misma, estas tendencias son más conocidas diversificadas en las obras publicadas de Alejo Carpentier, la primera, y de Gabriel García Márquez, la segunda. Se trata de un manejo realista del paisaje, los ambientes, los personajes, las escenas, las acciones, hasta que aparecen elementos que comienzan a no tener contrapartida con la realidad. La mayoría de las veces estas irrealidades vienen como producto de la alucinación de un personaje o de una comunidad, aunque no se presentan como tales, sino como producto de la experiencia que vive el personaje o la comunidad. En el cuento “El muerto estaba vivo”, basado en la creencia popular de que un muerto vuelve para vengarse de los vivos que lo han ofendido, Bosch entra en lo real maravilloso. Los protagonistas de este cuento son hombree comunes y corrientes que viven una experiencia irreal. Hay algunos cuentos más en esta vertiente, como “La bella alma de don Damián”.
Con el cuento “La mancha indeleble” Bosch se introduce en otra tendencia muy desarrollada en Latinoamérica, la de lo fantástico rayando en lo absurdo, aunque lo hace como metáfora, para desarrollar el tema del hombre que se atreve a desafiar el autoritarismo, como se atrevió a hacerlo él frente a la dictadura de Rafael Trujillo. Un hombre entra a una habitación y le piden que entregue la cabeza, nota en vitrinas miles de cabezas y por los alrededores sus cuerpos andando sin ellas, decide escapar, lo hace, etcétera.
Dado que la gran mayoría de sus cuentos están trabajados bajo la vertiente criollista, entendemos que Bosch debe ser considerado como el más extraordinario escritor de la modernidad dominicana.
Ahora bien, el genio de Bosch no está en que haya adoptado un movimiento literario o una tendencia dada, si no en cómo lo hizo. Este razonamiento puede aplicarse a Virgilio Díaz Grullón, el otro autor escogido.
No hay dudas que Bosch tenía una gran simpatía por la causa de los desamparados. En 1963, cuando fue Presidente de la República, la Constitución que hizo aprobar por el Congreso Nacional iba dirigida a comenzar la eliminación de esas grandes diferencias que había (y hay) entre la clase dominante y la clase dominada. Sus cuentos son una denuncia de las relaciones entre las clases; también son revelaciones sobre las situaciones que se dan entre los integrantes de una misma clase. El tema del conjunto de sus cuentos es la miseria humana y los temas individuales son ilustraciones de cómo se verifica esta miseria en instancias particulares ocurridas a sus personajes. El sujeto es el campesino dominicano, el obrero, los pequeños empresarios y sus explotadores. Sus temas son evidentes y, hasta cierto punto, tienen características de moraleja, de enseñanza, de demostración. Entre otros, aparecen como temas individuales: la desconsideración del patrón al asalariado (“Los amos”); la solidaridad entre asalariados pobres (“Camino real”); la lealtad, aunque signifique mayor sufrimiento para quien la practica (“La mujer”); el hado, que contribuye a empeorar lo que es ya deplorable (“La Nochebuena de Encarnación Mendoza”). En todos sus cuentos, se siente ese convencimiento de que la humanidad debe ser rescatada, y que la vida debe y puede vivirse con dignidad.
Bosch es el defensor de una clase social a la cual él no pertenece. Dentro de esa clase es inclusivo, trata a todos sus personajes sometidos a una situación de subordinación y de desamparo. Sus finales sorpresivos son casi siempre reacciones inesperadas de los personajes frente a una situación de acoso. Hasta cierto punto, es una demostración de la estima del autor por esta clase, ya que con ello demuestra que hay posibilidades de que, eventualmente, estos personajes puedan reaccionar y enfrentar los requerimientos para su propia mejoría.
Las características estilísticas en los cuentos de Bosch van acorde a las reglas que el autor ha propuesto para su realización. El total del cuento relata un sólo hecho, sin desvíos, aunque con algunas posibles complicaciones en algunos de ellos, como en el caso de “La Nochebuena de Encarnación Mendoza”, en que hay dos historias paralelas, el del padre que busca a su familia y el del hijo que teme al posible muerto que amenaza el paraje rural donde vive. Sus relatos son lineales y secuenciales, lo cual conlleva a otro de los señalamientos de Bosch, el de la “fluencia constante”. Hay pocas metáforas. Las oraciones son cortas o no muy largas. En los diálogos entre los campesinos se usa la deformación dialectal del español hablado. En cuanto al tema, es uno sólo, tratado en base al desarrollo de la trama, a las caracterizaciones de los personajes y a las descripciones del paisaje y los ambientes, todo enmarcado en la condición social del personaje principal, casi siempre un campesino.
Los cuentos de Bosch son coherentes en su correspondencia entre el tema y su desarrollo. También lo son en la relación del espacio y el tiempo de la trama contada. En el cuento “La Nochebuena de Encarnación Mendoza”, donde, en las dos historias paralelas, podría darse un lapso, los tiempos y los recorridos de los personajes principales, el padre y el hijo, coinciden totalmente. Se trata de lo siguiente: El padre, un convicto, anda huyendo y quiere pasar la Nochebuena en su casa, con su familia; al amanecer del 24 se esconde entre los cañaverales para esperar la noche y alcanzar su casa. Ese mismo amanecer, el hijo sale de la casa; encuentra al padre sin reconocerlo y lo cree muerto. Podría pensarse que si el hijo tuvo esa facilidad de encontrar al padre en un recorrido que no parece muy largo desde donde salió, el padre pudo hacer un esfuerzo supremo para llegar a su casa antes de que amaneciera; pero entonces, no habría cuento. Además, por su coherencia conceptual, este cuento es quizás uno de los mejores de Bosch.
Todos los cuentos de Bosch describen una realidad social que se presenta a través de las condiciones económicas de los personajes y en las actitudes y las relaciones entre ellos; también en los lugares y ambientes donde se encuentran. Son realistas en cuanto esa realidad se describe crudamente, dentro de la cotidianidad en que viven.
Las imágenes que surgen de la cuentística de Bosch son nítidas, sin dobleces. La mayoría de las veces vienen de las relaciones entre los personajes, y entonces encontramos la violencia, la terquedad, la amistad, el amor, en acciones bien definidas. Pocas veces hay descripciones de paisajes; cuando los hay, el autor lo hace con parquedad y gran belleza lírica. A veces Bosch detalla con mucho cuidado la fisonomía o la facha de un personaje o algún artefacto que este maneja, para que el lector lo capte tal como el autor lo quiere; también puede describir con cuidado un ambiente, para ubicar la acción adecuadamente. La secuencia de escenas es continua, concatenada, de acción. Hay pocas reflexiones de conciencia; si el autor siente que debe hacerlo, prefiere expresarla a través de un personaje. Sin embargo, cada cuento, en su totalidad, es un planteamiento para el llamado a la conciencia del lector, con el fin de obligarlo a enfrentar esa realidad social que a lo mejor este desconoce o quiere ignorar.
En estos cuentos, sentido y forma se manejan para apoyarse mutuamente, de manera que haya claridad conceptual. Encontramos sencillez en la adopción del lenguaje de manera que no existan dobles sentidos, aunque sí, sentidos que el lector deberá descubrir. Hallamos verosimilitud; las imágenes son las que son, sean estas: descripciones, paisajes, ambientes, acciones, actitudes, sentimientos, no se pretende que signifiquen otra cosa de lo que el autor propone. Para mantener la simplicidad de la propuesta, la forma es directa, continua, secuencial, sin ambigüedades ni circunloquios. El cuento entra enseguida en la acción y atrapa el interés del lector. Normalmente, en una escena hay sucesivamente, manejados con fluidez, la descripción de una acción y la animación de un diálogo. Las explicaciones son compactas, interesantes. La descripción de una acción dada es impecable, a veces, sencillamente genial, como en el cuento “Mal tiempo”, que trata el viaje por el río del muchacho que persigue un tronco en un cayuco y tiene que vérselas con las oleadas de una inundación. Con una técnica descriptiva concisa y tenaz, Bosch crea en el lector la misma angustia por la que pasa el personaje.

SOBRE LA OBRA CUENTÍSTICA DE VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN
En la República Dominicana, Díaz Grullón no es el autor fundacional de la literatura sicológica ni de la fantástica o de lo absurdo, las dos vertientes literarias en que se clasifican sus cuentos; pero sí es el autor que, en el cuento, desarrolla estas vertientes al máximo de sus posibilidades.
Para tratar la literatura sicológica de Díaz Grullón damos la siguiente definición: “En el cuento sicológico, por lo general, el proceso asociativo, analítico, etc., del inconsciente es igual o tiene mayor importancia que el evento externo -es decir, el evento que se cuenta se registra subjetivamente en la mente del protagonista. Así en el cuento sicológico, es muy común que el cuentista enfatice la vida subjetiva y emocional del protagonista”. Esta definición aplica al manejo que hace Díaz Grullón de sus cuentos sicológicos. “En inglés, los mayores exponentes (del cuento sicológico) fueron… Katherine Mansfield (Nueva Zelandia, 1833 – 1933), James Joyce (1881 – 1941) y William Faulkner (1897 – 1962). En italiano, Alberto Moravia (1907 – 1961) y Cesare Pavese (1908 – 1950). En español, los mayores exponentes han sido, quizás, Eduardo Mallea, Juan Carlos Onetti, Filiberto Hernández y Mario Benedetti” (16). Es a estos grandes autores que se iguala Díaz Grullón. Si aceptamos que la postmodernidad comienza en 1941, varios de estos autores vienen de la modernidad, otros de la postmodernidad, lo que significa que la literatura sicológica se montó a caballo sobre los dos períodos.
En cuanto a la literatura de lo absurdo, un crítico señaló sobre la obra de Franz Kafka (1883 – 1924), iniciador de esa vertiente literaria, que su prosa “no se distorsionaba jamás. Había una lógica, una naturalidad, un razonamiento tan claro y veraz en los acontecimientos reales o imaginarios que nos presentaba... que tornaba hasta lo aparentemente más delirante y absurdo en una verdad irrefutable” (17). Esta definición aplica a la obra de lo absurdo de Díaz Grullón. El surrealismo o la literatura de lo absurdo o realidad fantástica puede considerarse también a caballo de los dos períodos, modernidad y postmodernidad, ya que Kafka murió en 1924, pero su influencia perdura hasta el día de hoy.
Por su incursión a partir de 1958 en las vertientes sicológica y de lo absurdo de la literatura universal, podemos considerar a Díaz Grullón como uno de los grandes autores de la postmodernidad dominicana.
El tema principal que Díaz Grullón trata en su obra es la insatisfacción del hombre con la vida, sus acechos y sus perfidias. Los sujetos más tratados en sus cuentos son miembros de la clase alta y media, niños y adultos con algún problema de indefinición subjetiva o de locura. “Ser niño y no entender al hombre; no entender al hombre y serlo; ser hombre y encontrar tan sólo la muerte —en este silogismo descabellado se mueven sus personajes, niños y hombres socialmente normales, aunque síquicamente inseguros o inestables, a veces incomprensibles, descritos con un realismo que raya en el hiper realismo, tanto cuando nos conduce por vericuetos temáticos esencialmente (sicológicos), como cuando lo hace dentro de un periplo ingeniosamente surrealista o de lo absurdo” (18).
El tema de la muerte está presente en muchos de sus cuentos. “En los catorce cuentos de Crónicas de Altocerro (19), sólo dos de ellos dejan de tratar la muerte, aunque en varios hay que entender a qué modalidad de la muerte se refiere el autor. Podemos dividir estas modalidades en dos grandes grupos biológicos: el de la muerte natural y el de la muerte violenta; en estos dos grupos la persona expira y se inicia inmediatamente la descomposición de su cuerpo. Pero podemos señalar, también, un tercer grupo: la muerte sicológica, donde el cuerpo del individuo sigue ejerciendo todas sus funciones biológicas, pero su mente se ha trasladado a otra dimensión, desarraigada de la realidad, o, por lo contrario, donde el individuo vuelve de la irrealidad a vivir la vida consuetudinaria y aborrecida de todos los días. Tenemos, finalmente, un cuarto grupo, donde la muerte es utilizada como recurso literario por el autor; se trata de la muerte no especificada, que sólo se constata por sus efectos. Díaz Grullón juega con los cuatro grupos” (20).
En “Cómo matar un ratón”, el primer cuento escrito por Díaz Grullón ya adulto (21), el tema es lo propicio que es destruir todo lo dañino, sea una alimaña o un ser humano. Junto con “Edipo”, es uno de los pocos cuentos que hace referencia a la dictadura de Rafael Trujillo, contra la cual el autor combatió. En “Edipo”, el tema es la desesperación por superar la etapa del autoritarismo; en “La enemiga”, es el egoísmo que llega al extremo de matar, con tal de lograr sus fines; en “El reloj”, es la necesidad íntima de sustituir afectos cuando uno de ellos, como el de la madre, desaparece; en “El pequeño malvado”, es la amenaza a la inocencia de la niñez cuando se conozca la verdad. En todos estos cuentos manejados dentro de la tendencia sicológica, hay una introspección subjetiva donde el sujeto, el niño o el hombre, presenta sus dudas y sus desazones.
En la tendencia de lo absurdo los temas se mantienen hacia lo inadecuado de la vida. En “Más allá del espejo”, el tema es la búsqueda de una vida mejor, donde el protagonista “prefiere vivir en otro mundo a seguir en el que está… dentro de una situación muy similar a la que corresponde a la creencia cristiana de una nueva vida después de la muerte” (22). En “Círculo”, es “el terror como el elemento fundamental (de la vida), terror por contraste, terror por la imposibilidad del protagonista de manejar (una) experiencia alucinante como hacía con su vida usual, donde éste disponía de lo que haría en cada momento” (23).
Díaz Grullón tiene consideraciones muy definidas sobre los temas y sujetos que trata. Cuando se le señala la supuesta poca importancia de los temas (ya hemos determinado que no es así), sobre todo en su primer libro, Un día cualquiera, en que maneja situaciones muy triviales, el autor aclara “para mí, la importancia del hecho no reside en el hecho en sí, sino en la capacidad de ese hecho para generar una reacción de interés en el carácter, en la personalidad de aquel que lo afronta” (24). Es decir, para el autor, no hay temas ni hechos triviales, todo está en cómo el sujeto reacciona ante las situaciones que enfrenta y cómo estas se presentan al lector. Aunque en algunos cuentos Díaz Grullón trata sujetos de las clases más bajas, su preocupación está en los de la clase media o de la alta, a la cual él pertenece; su propósito es presentar las zozobras interiorizadas de las personas que lo rodean, con las cuales se trata todos los días. Su obra no es crítica pero sí cruda. Pretende dar a conocer los problemas de esas clases sociales, supuestamente sin enjuiciarlos, aunque con el sólo hecho de escogerlos para su exposición hay ya un juicio de valor. Hasta cierto punto en su obra se siente una corriente de simpatía, de identificación, hacia estos personajes mortificados por los avatares de la existencia. No hay maltrato hacia ellos, sólo concretización de sus percepciones, sean estas normales o anormales.
El cuento sicológico y de lo absurdo que desarrolla Díaz Grullón requiere introspección. El autor tiene que meterse dentro del personaje y asumir la responsabilidad de su actuación. El personaje se encuentra en un entorno que percibe a través de la situación emocional en que se encuentra. Díaz Grullón admite que su obra se somete a la corriente de la psicología llamada behaviorista o conductivista, adoptada, según él, por autores como Hemingway. Sobre cómo la aplica a su obra, dice lo siguiente: “El relato siempre lo hace un (narrador) neutro, que no interviene en nada, no opina, no lleva de la mano al lector ni le infunde, ni insufla ninguna idea. Se limita a fotografiar la realidad, como si fuera una cámara de cine. El autor se limita… a narrar los hechos…”. El autor no pretende “conducir del cabestro” al lector, sólo presentarle los hechos para que los juzgue (25).
Hay otra influencia que Díaz Grullón percibe en su obra, la de la novela policíaca. “Yo siempre he sido un apasionado del cuento y de la novela policíacos, desde muy joven… Las lecturas asiduas influyen mucho en la manera de escribir, en la manera de plantear los problemas. El final sorpresivo… es una característica de la literatura policíaca. En las novelas policíacas no se conoce el asesino hasta el último capítulo, y siempre existe un desafío al lector…” (26).
Estas influencias, más otras que el autor acepta, como la muy prominente de Bosch, Kafka, Hemingway, Cortázar… hacen que Díaz Grullón cree un estilo consecuente con el género, el tema y la condición social de los personajes. Como Bosch, Díaz Grullón entra directamente en la acción, a veces de una manera activa, como con la frase: “¿Por qué no te casas, tía Julia?”, del cuento “Martillazos en la noche” (27); en otras, reflexiva, como con la frase: “Soy un hombre ordenado. Extremadamente ordenado y cuidadoso”, del cuento “Círculo” (28). En ambas frases, aparece la génesis del cuento, la propuesta de su contenido. En la opinión de un escritor dominicano, hay “dos características que son esenciales en la obra narrativa de Díaz Grullón: sencillez expresiva y concisión o, lo que viene a ser lo mismo, una tendencia decidida por la frase precisa, breve, de muy escasa adjetivación, que huye de los incisos y del rebuscamiento y en la que no hay cabida, salvo en muy raros casos, para espejismos metafóricos ni complejidades sintácticas” (29). Mientras algunos críticos, incluyendo a Bosch, proponen que Díaz Grullón inscribe la literatura dominicana en el tema urbano, otro escritor dominicano ve en su obra “una unidad de vida donde el dominicano no está dividido entre el hombre de campo y el de la ciudad sino que constituye una amalgama de la que podemos obtener tipologías ambivalentes” (30). Esta condición se aprecia, sobre todo, en Crónicas de Altocerro, donde el lugar es un enclave urbano metido en una montaña, y sus habitantes son urbanos y rurales a la vez, como ocurría en las ciudades dominicanas hasta mitad de siglo XX. Sin embargo, en estos cuentos, en ningún momento el personaje, de la condición social que venga, actúa fuera de clase. En ningún momento el planteamiento de lo sicológico o de lo absurdo crea rechazo en el lector. En muchas ocasiones se siente el humor negro, el juego del autor con el lector.
Díaz Grullón mantiene en la mayoría de sus cuentos el tratamiento de causa–efecto predominante en la narrativa del siglo XIX, que tiene inicio, desarrollo, crisis y final. En casi todos sus cuentos, la crisis está, precisamente, en ese final inesperado que tanto le atrae. En algunas ocasiones el cuento se desarrolla en forma circular; finaliza donde comienza; y queda todo sin conclusión, sujeto a un nuevo comienzo. También utiliza la técnica de la regresión, que usó Alejo Carpentier en su cuento “Viaje a la semilla”: la historia comienza al final y vuelve linealmente en el tiempo, hasta el comienzo. El lenguaje de Díaz Grullón es el de un hombre educado, diestro en el uso de las letras, que no precisa utilizar palabras inusuales para deslumbrar a su lector, aunque podría hacerlo. Su poca estima por la metáfora viene, probablemente, de su deseo de lograr esa neutralidad conductivista que no admite posibles ambigüedades o interpretaciones asumidas.
Todos los cuentos de Díaz Grullón, hasta los más fantásticos, son coherentes. En “Círculo”, la secuencia de la transformación del personaje y su vuelta a la cotidianidad sigue una lógica que va, con toda naturalidad, de la realidad, a la irrealidad, de nuevo a la realidad. El cuento más difícil, “Punto de vista”, que leí varias veces para entenderlo, una vez captado, resulta aleccionador: un ser desprecia a otro por monstruoso sin darse cuenta que es más monstruoso que el otro. “No debemos burlarnos de los demás por sus defectos” es, quizás, un planteamiento moral que el autor no se propuso hacer.
A pesar de que sus cuentos responden a las corrientes sicológica y de lo absurdo y de que entran de lleno en la intimidad o subjetivismo de sus personajes, los puntos de partida de Díaz Grullón están fundados en la realidad más cotidiana. “Caín” expone las relaciones entre dos compañeros de la Primaria que se encuentran después de años que no se ven; el ambiente, el trato entre ellos, las introspecciones que se hace el narrador, todo es de una ordinariez que no prepara al lector para el final desolador, coherente con la reacción sicológica del narrador. “Más allá del espejo”, un cuento del absurdo, comienza en una tienda de antigüedades igual a cualquier otra conocida por el lector, que sigue con interés lo inesperado de la maniobra del personaje desde que pasa por delante de un espejo y no nota su imagen reflejada, hasta que entra al espejo para hablar con el ser que lo espera del otro lado.
La concisión de Díaz Grullón, con “una tendencia decidida por la frase precisa, breve, de muy escasa adjetivación”, hace que las imágenes que crea también sean concisas, aunque no tan breves, porque algunas son secuenciales, siguen una a la otra para crear la imagen totalizadora que, en el caso de los cuentos sicológicos, deberá ilustrar al lector para entender los apremios del personaje y, en el caso de los cuentos del absurdo, deberá abrumarlo para obligarlo a encontrar la razón lógica a lo ilógico de la situación. La secuencia de imágenes en “El pozo sin fondo”, de tendencia sicológica, da una idea al lector de cómo el niño se mueve en su ámbito, qué busca, cómo se entretiene y cómo, finalmente, encuentra un hecho real que lo ayuda a descifrar un hecho figurado que lo inquieta. La secuencia de imágenes en “Círculo”, de tendencia del absurdo, en la que el personaje se transforma y pierde su movilidad, es la misma que se obtiene con un grupo de fotografías que se pasan rápidamente una tras otra, una sobre otra, para crear la idea de movimiento (en este caso, de inmovilidad), el principio en que se basa la cinematografía.
En la relación entre el sentido y la forma, lo importante del sentido es el tema; cómo este se desarrolla; cómo, según se maneje de una u otra manera, se logra impactar al lector. De ahí la trascendencia de su relación con la forma. Hay estudiosos que consideran el sentido y la forma una misma cosa (31), ya que dar sentido a algo sin considerar la forma adecuada para hacerlo, no tendría los resultados que se proponen. En Díaz Grullón, esa secuencia de imágenes, ese ser conciso, ese tratamiento conductivista del cuento, logran una total correspondencia entre sentido y forma, ya sea en la interpretación lógica de una narración sicológica con un personaje que hace interiorizaciones y toma decisiones en base a éstas, ya sea en la visualización ilógica de una narración del absurdo, donde el personaje se deja llevar por la irrealidad interpretada como la realidad. Hay algo muy curioso en Díaz Grullón: debido a que el autor se precia de no pontificar y se cuida de no ser explícito, los temas de sus cuentos no son evidentes, tampoco hay en ellos propuestas de moralejas (no importa si un lector avispado las quiera encontrar), aunque sí aparecen situaciones humanas muchas veces desgarradoras. Esto hace que el lector se deleite en seguir la trama, en descifrar al personaje, en tratar de descubrir el final inesperado, y se olvide de que existe un tema que fusiona y le da coherencia al todo, por lo que le resulta tan grata la lectura que hace de la obra. Este manejo positivo de hilos ocultos como los que mueven a un títere es sencillamente genial.

CONCLUSIÓN
Entendemos que en la obra cuentística de Bosch se dan incursiones de lo simple a lo menos simple. En todos sus cuentos, Bosch mantiene las reglas que había propuesto: “persistir en el tema central; extraer al tema elegido las consecuencias últimas, con garra de animal de presa; hacer que el relato conserve el tamaño de su propio universo; no darle al relato medidas fraccionadas y distintas; y conseguir un final que sea siempre sorpresivo para el lector…” (32). Para mantener estas reglas, en sus primeros cuentos escritos antes del exilio (33) Bosch concibe cuentos directos, de temas perceptibles, basados en la realidad que viven los personajes, manejados dentro del criollismo. Algunos pretenden que con el cuento “Dos pesos de agua”, incluido en este período, Bosch se inicia en lo real maravilloso. Yo no estoy tan convencido. En este cuento aparecen las Ánimas del Purgatorio, seres irreales provenientes de la cotidianidad tradicional, nada fuera de lo común, aunque actúen fuera de contexto. Como cualquier autor de cuentos de hadas, ogros o gnomos, construidos para entretener o ilustrar, nuestro autor utiliza aquí un recurso de la imaginería popular religiosa con el propósito de presentar un tema sobre un principio muy valorado por los socialistas: la inutilidad de buscar soluciones a los males a través de la religión. Bosch sencillamente enriquece una tradición cuentística que viene de centurias. Ya en los cuentos escritos en el exilio, aparecen “El difunto estaba vivo” y “La mancha indeleble”, con sus influencias de lo real maravilloso y de lo fantástico absurdo. La diferencia entre “Dos pesos de agua” y estos cuentos es que, mientras en el primero los protagonistas son las Ánimas, personajes imaginarios que actúan de acuerdo a su irrealidad, en los otros dos los protagonistas son hombres comunes y corrientes que viven una experiencia irreal, pero humana, lo cual crea lo mágico, lo maravilloso en su realidad personal. “El difunto estaba vivo” y “La mancha indeleble” significan un cambio hacia la complejidad en el manejo de la imagen.
Hay, además, un cuento, que deja de tener ese relatar sencillo, consecuente, atractivo que Bosch maneja genialmente. Se trata de “El indio Manuel Sicuri”, en el que Bosch abandona el lugar de todos sus otros cuentos, la región del Cibao, y se mete por las “pétreas vertientes de los Andes” (34). Aunque impecable en su confección, su relato aquí es extenso, con descripciones y explicaciones que abruman al lector, acostumbrado al Bosch ágil y consecuente; es como si la falta de familiaridad con los ambientes y grupos sociales conocidos lo forzara a explayarse. Este cuento, además, es uno de sus más largos. Para claridad de la argumentación, hay que entender que estas complejidades en el recontar de Bosch fueron sólo digresiones a su vertiente principal, el criollismo, donde prácticamente, no hubo cambios de contenido y sí aumento de la riqueza expresiva. Estas digresiones son interesantes porque nos dan una idea de lo que hubiera podido ser el Bosch más maduro, el cuentista que se dedicó a la política.
En cuanto a Díaz Grullón, entendemos que trabaja con dos tendencias literarias secuenciales en el tiempo histórico que significaron un enriquecimiento en la narrativa universal. La introspección sicológica, iniciada en el siglo XIX por Stendhal como una asociación de ideas, culminó en el siglo XX con el monólogo interior de James Joyce. El absurdo de Kafka tenía precedentes en el siglo XIX en la narrativa de ciencia ficción de Julio Verne, pero es Kafka quien le da el sentido de una experiencia interior del hombre en su interpretación de la vida y lo lleva a una aventura sobrenatural y, en algunos casos, hasta metafísica, como en “La pareja”, de Díaz Grullón, donde un suicidio se convierte en una revelación del ser (35). Ambas tendencias implican un paso de complejidad en la narrativa del siglo XX. Esta narrativa, donde prevalecen las particularidades de la psiquis, es la más apreciada por los críticos como Milan Kundera y continúa con gran fuerza en el siglo XXI. Siguiendo esta línea, la mayoría de los críticos postmodernos consideran un retroceso literario adoptar las técnicas y los temas del siglo XIX, especialmente la linealidad y el historicismo. Asimismo, el “realismo social” desarrollado a principios del siglo XX es considerado “político”; para que tenga vigencia en la actualidad, debe “humanizarse”, es decir, debe ofrecer “respuestas desideologizadas a los problemas de miseria, desintegración familiar, drogas, delincuencia, paro, etc., que se dan en la sociedad de nuestros días” (36).
En la comparación entre las dos cuentísticas tratadas, en el caso de la de Bosch predomina la enunciación de confrontaciones entre los hombres como resultado de eventos exteriores, y en el caso de Díaz Grullón predomina la exposición de la realidad síquica del hombre. Es el paso a una complejidad temática apoyada en una estructura secuencial que eventualmente conducirá a los autores del cuento dominicano a la adopción de técnicas como el monólogo interior, la no continuidad del tiempo y el espacio, la intertextualidad y otras, de las cuales hacen uso autores de la década de 1960, como René Del Risco Bermúdez y Enriquillo Sánchez, quien además adoptará un surrealismo subjetivo e ilógico, ambos del Círculo Cultural El Puño, fundado en 1965. En la década siguiente, con una primera publicación de cuentos en 1978, surgirá Pedro Peix, quien, basado en la experiencia de los otros, incursionará en casi todas las técnicas de las vanguardias. Todos ellos son autores extraordinarios del cuento dominicano.

NOTAS
1) Homero, Odisea, Barcelona, Clásicos Universales Planeta, 1990.
2) Gautier, Manuel Salvador. “Una incursión tardía en el clasicismo. Principios, características, imágenes. Inicio del Período Clásico en la Literatura Griega y Universal”, Ensayos, en Pasión por la Literatura.
3) Miguel de Cervantes. autor de El Quijote de la Mancha. La Biografía. Dirección Google: www.aache.com/quijote/autor.htm - 35k –
4) Sevilla Arroyo, F. El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. Enciclopedia Universal /Micronet/ 1998. Dirección Google:
http://www.aache.com/quijote/libro.ht
5) Pequeño Larousse Ilustrado. Editorial Larousse. 1969. P. 137.
6) Postmodern literature. Wikipedia, the free encyclopedia. Dirección Google:
http://en.wikipedia.org/wiki/Postmodern_literature
7) Céspedes, Diógenes. “Los cuentos dominicanos más sobresalientes del siglo XX”. Ob. Cit..
8) Céspedes, Diógenes. “Los cuentos dominicanos más sobresalientes del siglo XX”. Ob. Cit..
9) Céspedes, Diógenes. “Los cuentos dominicanos más sobresalientes del siglo XX”. Ob. Cit..
10) Menton, Seymour. El cuento hispanoamericano. Fondo de Cultura Económica. México. Sexta edición. 1999. P. 204.
11) Menton, Seymour. El cuento hispanoamericano. Fondo de Cultura Económica. México. Sexta edición. 1999. P. 203.
12) Naturalismo. De Wikipedia, la enciclopedia libre. Dirección Google:
http://es.wikipedia.org/wiki/Naturalismo
13) Diego Rivera. De Wikipedia, la enciclopedia libre. Rivera se inscribió en el partido comunista en 1922. Dirección Google:
http://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Rivera
14) Verismo. De Wikipedia, la enciclopedia libre. Dirección Google:
http://es.wikipedia.org/wiki/Verismo
15) Ferro, María Antonietta. “Juan Bosch y Giovanni Verga, algo más que el mismo nombre. Comparación entre dos cuentistas”. Viernes 27 de abril. Feria del Libro 2007.
16) Librería hispana. Virgilio Díaz Grullón. Dirección Google:
http://www.libreriahispana.com/virgilio/
17) Barna, Tomás. “La Introspección y el Sueño en el Microcosmos KAFKA”. Dirección Google:
http://www.lamaquinadeltiempo.com/Kafka/TomasKaf.htm
18) Gautier, Manuel Salvador. “Nadie sabe vivir o morir”. Ensayo, Sobre Crónicas de Altocerro, cuentos de Virgilio Díaz Grullón, Panel sobre la vida del autor, organizado por el Departamento de Letras, Universidad Autónoma de Santo Domingo, 2001
19) Díaz Grullón, Virgilio. Crónicas de Altocerro. Editora Alfa & Omega, Santo Domingo, República Dominicana. 1994.
20) Gautier, Manuel Salvador. “Nadie sabe vivir o morir”. Ob. Cit.
21) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Editora Cole. 2002. P.52. En esta publicación este cuento se llama “Ratones”.
22) Gautier, Manuel Salvador. “Nadie sabe vivir o morir”. Ob. Cit.
23) Gautier, Manuel Salvador. “Nadie sabe vivir o morir”. Ob. Cit.
24) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Ob. Cit. P. 59.
25) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. El behaviorismo. Ob. Cit. P. 47
26) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Ob. Cit. P. 53.
27) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Ob. Cit. P. 109.
28) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Ob. Cit. P.131.
29) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Opinión de Pedro Vergés. P. 36.
30) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Opinión de Manuel Rueda. Pp. 39 – 40.
31) Meschonnic, Henri. CRISIS DEL SIGNO política del ritmo y teoría del lenguaje. Ediciones Ferilibro 2000. Traducción de Guillermo Piña Contreras. P. 26.
32) Bosch, Juan. Cuentos más que completos. Prólogo de Sergio Ramírez. Ediciones Alfaguara. México D. F. 2001. Pp. 14-15.
33) Bosch, Juan. Cuentos más que completos. Ob. Cit..
34) Bosch, Juan. Cuentos más que completos. Ob. Cit. P. 241.
35) Díaz Grullón, Virgilio. Cuentos completos. Ob. Cit. P. 244.
36) Cine social: un género europeo:
http://www.conferenciaepiscopal.es/cine/pantalla_90/2004/FEBRERO/flashbac.htm

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