Monday, September 20, 2010

06 Del rojo de tu sombra, de Mayra Montero



ZULÉ, PURA HUMANIDAD

Sobre la novela Del rojo de tu sombra, de Mayra Montero
Ateneo Insular, Jarabacoa, 1999

Por Manuel Salvador Gautier

El desenfreno, la pasión, son características atribuidas a la raza negra. Mayra Montero contribuye a mantener el mito en una novela con una técnica en contraposición de tiempos, donde las dos narraciones intercaladas llevan al mismo desenlace: Zulé Revé, la mambo de la Colonia Engracia, ama a Similá Bolosse, el bakor de Paredones, y está dispuesta a sacrificarlo todo por mantenerlo a su lado. Pero no es esta situación común entre los hombres y las mujeres, manejada con gran astucia por la escritora, que hace de esta novela una obra maestra, a permanecer por mucho tiempo entre las grandes narraciones antillanas del siglo XX. Mayra Montero, de origen cubano, criada en Puerto Rico, quizás mulata (no lo parece en la fotografía que se encuentra en la solapa de su libro, aunque estas poses de atelier engañan), sintió un fulgor, un calentamiento, un registro inusual en sus pulsaciones interiores cuando leyó sobre un crimen pasional acontecido en las cercanías de La Romana, República Dominicana, donde un hombre mató a una mujer.
"Es la historia de amor, de odio y de muerte entre un houngán o sacerdote del vudú y una mambo o sacerdotisa muy conocida y respetada en la región" (2), explica la Montero en una "Nota de la autora" totalmente inusual en una novela. Se trata de una explicación a medias, parte misma de la narración, un truco de la autora para dar inicio al misterio, único momento en que se le presenta al lector un lenguaje directo, descarnado, casi periodístico. El resto es poesía.
La autora asegura que investigó sobre el crimen y el resultado está en la novela que escribió. Es posible. Para hablar con tanta seguridad de las interioridades de los ritos vudú y de las rivalidades entre los distintos grupos e imposición de unos sobre otros, la autora debió investigar exhaustivamente sobre estos. No estamos tan seguros de que investigó con tanta minuciosidad su aplicación en la República Dominicana. Hay indicios en varias partes de la novela de que la autora no conoce el territorio dominicano que sus personajes recorren. Lo cual, realmente, no importa. Pues la obra no es sobre la República Dominicana, ni siquiera sobre Haití, de donde vienen y a donde van a parar algunos de los personajes. De hecho, es un alivio no sentir en lo absoluto motivaciones nacionalistas, políticas, ni siquiera racistas en todo el desarrollo de la novela. La protagonista, Zulé, negra retinta, es puro pueblo, es niña, es mujer, es humanidad sometida a la rudeza de una cultura agobiada por la pobreza, tiene la capacidad para encabezarla, ser una de sus figuras máximas, una mambo con sus seguidores, requerida, respetada por las mujeres, amada por los hombres, hasta que encuentra al hombre que la seduce y la lleva inexorablemente a la muerte, pues no hay otro camino para la pasión que se desdobla atropellando a los demás.
En ese espacio, en ese infinito amoral, donde la mujer se entrega a quien le place, donde sus decisiones no se cuestionan, donde el hombre queda sometido y percibido como objeto de placer, surge la tragedia.
Sólo recuerdo otra instancia literaria en que se da una situación similar, en el relato de Merimée que inspiró la ópera Carmen de Bizet (1875). No lo he leído, pero no me imagino que se acerca en belleza narrativa a la obra de la Montero o tendría en la actualidad tanta demanda como la ópera. Sin embargo, sí me imagino a Bizet tomado por los mismos demonios desaforados que inspiraron a la Montero, arrancándole lo más extraordinario de su genio para producir la obra maestra que compuso sobre la pasión universal que junta y desjunta al hombre y a la mujer. Bizet no produjo otra obra musical igual a Carmen. No sé si Mayra Montero ha producido o producirá otra narración igual a Del rojo de tu sombra. De sus obras, además de esta, sólo he leído Tú, la oscuridad, bien estructurada, interesante, capta al lector, pero muy por debajo estéticamente a Del rojo de tu sombra.
Veamos por qué insisto en este planteamiento.
Del rojo de tu sombra, después de la "Nota de la autora", comienza con el siguiente párrafo:
"Es como si el sol se hubiera partido en mitad del campo: unos cascarones de luz van desprendiéndose por el mundo y la cachaza ardiente se derrama en paz sobre el batey. Nunca en Jueves Santo los abrazó un fuego tan puro. Ni siquiera el Año de las Muertes, cuando las mangostas rabiosas treparon a las cunas de los recién nacidos y no hubo hechizo ni resguardo que pudiera espantarlas" (3).
La Montero mantendrá todo el tiempo, línea por línea, página por página, esta exquisita contraposición entre la metáfora, el realismo mágico, la magia del vudú y la realidad sin contemplaciones, con una soltura y una sencillez que deja atónito a cualquier mero estudioso y/o creador de literatura. Es inaudito que lo haya podido hacer. La obra deja de tener asidero temporal y se convierte, como Carmen, en una obra universal, donde el lugar y el tiempo son irreales, fantasía auténtica, fluida, del lector... no del narrador, que ha tenido que bregar con su propia creación, disponerla, producirla, conspirar en su contra.
Si algo se le puede señalar (no criticar) a esta obra es su traición a los espíritus o loas de una religión que es tomada muy en serio en Haití, reconocida oficialmente, aunque mantenida aún en el "cimarronaje", como proclama el pintor haitiano Edouard Duval-Carrié en el Programa que entregó recientemente en su primera exposición en nuestro país (4). La tragedia no proviene porque sus protagonistas son grandes sacerdotes de esta religión, sino a pesar de ello. La pasión de Zulé por Similá atrofia su responsabilidad de guía espiritual frente a sus seguidores y disminuye su capacidad de protegerlos, y el amor traicionado, aplastado, diferido de su matador no tiene nada que ver con un "guanguá". Es pura humanidad, pura pasión rastrera de incomprensiones y de sometimientos.
Es notorio también el rebuscamiento de las situaciones más escandalosas del vudú para crear trama, como la búsqueda de una zombi desde territorio dominicano a haitiano. "El zombi es un caso muy especial en la espiritualidad vudú —me dijo una intelectual haitiana (5)—. No es como lo propone Hollywood en sus películas", y refirió un caso singular en el que los integrantes de un "lakú" (6) impusieron como castigo convertir en zombi a su jefe por haberlos traicionado con la venta, a terceros, sin su permiso, la tierra que pertenecía a la comunidad.
Igualmente, no se siente la comunicación espiritual entre Zulé y los loas que ella llama o monta. Vemos los fenómenos exteriores que forman parte del misterio vudú que ocurren como consecuencia de las pasiones humanas, pero no porque se tenga una convicción real de su interiorización como visión del mundo. El vudú es un simple vehículo del cual tomar curiosidades para recrear imágenes distorsionadas de la miseria humana y de su relación con la pobreza material.
Sin embargo, como ya señalamos, esta no es una novela sobre República Dominicana o Haití. De la misma manera que hoy no nos importa si la pasión de Carmen se desenvuelve en un clima español, definitivamente mítico, irreal, tampoco nos debe importar que la pasión de Zulé se enmarque en un tormentoso ambiente vuduista dominicano. La música y la narración, cuando son geniales obras maestras, desbordan sus encuadramientos.
Resumimos:
El rojo de tu sombra, novela de Mayra Montero, es una obra maestra de la literatura antillana, por su tema universal, su técnica, su estilo y su extraordinario ritmo poético.
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Coincidencias entre dos obras maestras: la narración poética Del rojo de tu sombra y la ópera Carmen.
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—El contrabando es utilizado en la trama como elemento de choque entre los protagonistas: Contrabando de narcóticos/contrabando de armas
—Los protagonistas pertenecen a la clase social más baja: Haitianos del batey/gitanos.
—Creencias religiosas de los protagonistas no dominantes en la sociedad donde se desenvuelven: Vudú/magia gitana.
—Se anuncia la muerte de la protagonista: El marido houngán a Zulé si no se casa con su hijo después que él muera/el as de espada de las barajas a Carmen.
—La libertad de acción, entendida como disposición a tomar sus propias decisiones, en este caso, con relación al hombre que aman o que ya no aman, llevan a Zulé y a Carmen a la muerte.


(1). Montero, Mayra, Del rojo de tu sombra, Barcelona, Colección Andanzas, TusQuets Editores. 1ra. Edición, 1992.
(2) Montero, Ob. Cit. 1. P. 10.
(3) Montero, Ob. Cit. 1. P. 15.
(4) Galería Lyle O. Reitzel. Un mes a partir del 17 de junio. Título: "Bajo agua del otro lado".
(5) Raquel de Dominique, en Cabo Haitiano, en discusiones, durante la cátedra de "Arquitectura Vernácula", UNPHU, del al 13 de julio, 1999.
(6). Parcela ocupada por varias familias unidas por consanguinidad, dirigida por un jefe que puede ser houngán o no.

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